– ¡Ponme una ronda de Onsos!. -¿Pero qué me estás container?. – Que venimos “chelaus” del monte y queremos templar el asunto. Igual pensáis que hemos extraído esta conversación de una actuación de Tip y Coll, de un chiste de Eugenio, o de un bar gay de Chueca… Pero no, se trata una petición que puede ser común en plazas selectas.
La inspiración
Contextualicemos. Nuevo año, frío invernal en el punto álgido, carnavales, ganas de fiesta en máximos absolutos tras el largo periodo de hibernación y éstos de Rondadora que no saben estar quietos. A pensar en una cerveza que recoja toda la expresión de júbilo en lo más oscuro del año que representa el carnaval. Desde muy pequeños hemos vivido en Sobrarbe la emoción por esta fiesta milenaria, esa celebración tan especial en la que uno abandona sus roles y quehaceres diarios y explora otras personalidades y situaciones; y qué mejor forma de plasmar esos sentimientos que a través de una nueva receta.
Así que a discurrir. ¿Cómo trasmitir esas liturgias ancestrales en las que un valle conecta con tiempos inmemoriales? ¿ Y ese reconfortante calor que nos invade al entrar en un local cuando en la calle hay -10ºC? ¿ Y la increíble sensación que aparece tras unas horas bailando y socializando, de que eres parte de las montañas que te rodean, sepultadas de nieve bajo el cielo estrellado? ¿ Y la persistente sonrisa que aparece en nuestro rostro cuando nos envuelve el laberinto de colores cual púrpura neblina hendrixiana?
Desarrollo del líquido y la imagen
Responder esas preguntas, junto a otras muchas, ha sido una difícil tarea en la que muchos de los que nos apoyáis habéis intervenido. Desde febrero del 2016, con una cocida experimental en La Ferieta de Aínsa, hemos estado haciendo pruebas, inventos y modificaciones cual druidas del siglo XXI. Vuestra colaboración como catadores ha sido muy importante.
En las visitas a la fábrica, en las que teníamos cerveza en pruebas disponible, recogíamos vuestras impresiones, y esa realimentación también la recibíamos en las catas que organizamos en lugares como La Almunia de San Juan o Fiscal. Este método iterativo nos acerca poco a poco a la cerveza deseada mientras paralelamente buscamos inspiración para el diseño de la botella y los textos que la acompañan. Para el texto hemos contado con la ayuda del genial José María Nadal “Cai”, que nos ayudó a domeñar todo el huracán de ideas que nos aturullaban, mientras que el diseño final de la botella vuelve a ser obra de Miguel González (MIGOMA), magnífico diseñador gráfico que ha plasmado magistralmente todas nuestras ideas en la serigrafía.
La malta
Volvamos a la receta. De nuevo la selección de ingredientes es fundamental a la hora de dibujar con precisión la colección de aromas y sabores que buscamos. Empezando por las maltas, que nos proporcionarán la estructura central de la cerveza y en este caso potenciarán también sabor y color. Son 4 las maltas de cebada utilizadas y el complemento novedoso lo dará otro cereal, la avena, que aportará cuerpo y cremosidad. La malta base es Pale Ale, la variedad Carafa I nos dará tonos chocolateados al color final, la variedad Caramunich III potenciará los aromas, especialmente a toffe, caramelo y malta tostada así como tonos rojizos, por último, la malta Simpson DRC añadirá peso en boca y cuerpo caramelizado además de tonos rojizos y ocres. Este novedoso perfil de maltas se complementa con una maceración en la que se obtienen más azúcares no fermentables que en otras recetas y que nos conducirá a un toque dulce al acabar el proceso. El color obtenido es de 55 en la escala EBC.
El lúpulo
Los lúpulos que utilizamos: Citra, CTZ (Columbus, Tomahawk, Zeus) y Chinook; van a aportarnos el amargor necesario en toda cerveza y un ligero toque frutal, marca de la casa y puerta de entrada al subconsciente mágico que todos tenemos. En la escala internacional de amargor tiene 35 IBUs. Por comparar, Rondadora Blanca tiene 8,5 IBUs y Tronzadora 15 IBUs. ¿Quiere decir esto que la notaremos sustancialmente más amarga? No, todo lo contrario. Esos aromas chocolateados y caramelizantes, así como el cuerpo más intenso de Onso harán que la presencia de los lúpulos sea más sutil.
La levadura, el roble y la burbuja
La levadura es estilo Ale, es decir, de alta fermentación, en concreto SAFALE-US-05, muy utilizada en Ales inglesas y aporta al paladar aromas frescos y limpios. La maduración que sigue al acabar la fermentación es de mayor duración para atenuar la explosión de amargor que inicialmente provocan las maltas y contiene otra novedad con la presencia de chips de madera de roble tostada, que acentúan aromas y sabores de caramelo, café y chocolate blanco.
Presentación del resultado final
Todo esto desemboca en una cerveza negra con tonalidades rojizas, de estilo Porter y que se adapta especialmente bien al frío invernal, sin dejar de sugerir sensaciones gustativas y olfativas en cada trago. Y que no se nos olvide, el grado alcohólico es de 6,5%, notablemente superior a Rondadora Blanca y Tronzadora.
¡Parad cuenta, criminales!
Qué mejor figura para representar el renacer tras el invierno que el Onso de carnaval. Atávico, impredecible, salvaje, pero a la vez hogareño y dulce si la situación lo requiere. Esos atributos aparecerán cuando probéis la Rondadora Porter, y así lo comprobaremos juntos el día de la presentación. Ya está aquí, el 18 de febrero descenderá de los bosques al salón de Salinas, y desde las 16 h nos ayudarán a sacar la bestia que todos llevamos dentro. Hermanos, le daremos otro golpe al invierno que lo mande a la lona. ¡No faltéis!